Mira…
Se que esto es un poco raro ¿verdad? Entrar en la web de un programador y ver algo tan espantoso ¿no?
Se que para tus adentros has respondido que si.
Vale…
Ahora, durante un segundo, imagina y bucéa en tus recuerdos. No tan lejanos ¡eh! Hará cosa de no más de 15 años.
¿Recuerdas cómo era el perfil de informático de ese entonces?
Pues mira, a día de hoy sigue siendo igual. Quizás con conocimientos más avanzados, más modernos. Pero en esencia, es la misma persona.
Nahhh Aitor, eso ha cambiado. Los programadores han cambiado.
Ahora son más chidos, más cools…
Nada más lejos de la realidad. Los perfiles de desarrollador siguen siendo perfiles a los que si le diese la vuelta a la cámara, o a la página web de la que están detrás, recordarías el cuarto de Neo cuando Cable y compañia van a buscarle.
Son así… Somo así.
Al menos en una grandísima parte.
Aún no conozco a un programador, a ninguno, que no sea friki, pero friki de verdad. Cojones, van de la mano. El ser informático y ser friki. Mira para adentro, en caso de que lo sea.
¿Lo ves? ¿A qué llevo razón?
Lo que sucede es que, cómo la moda dice que uno tiene que ser cool, bonito, estupendo, estupijo, pijostu, etc… Pues fijen ser algo que, en realidad no son, solo por quedar bien con tigo. Que quieres saber quien soy, o quieres contratar a un programador para que te haga producto.
Por eso estás aquí.
Yo soy yo, sin pelos en la lengua, sin una capa de chapa y pintura. Con mis taras y mis virtudes.
Lo que ves es lo que hay.
¿Quieres contratarme? Eres bienvenido.
O…
Quizás…
Y solo quizás, no quieres contratarme porque mi página es fea y está desfasada.
Bueno, espero que te vaya bien, pero recuerda que el maquillaje sirve para tapar carencias. Espero que se entienda.
Si eres de los que si, contacta conmigo a través del siguiente formulario y expón lo que tienes en mente. Quizás podamos trabajar juntos.